Finca Pocitos

Este café es de acidez media y cuerpo alto. Sentirás una textura mielosa, café que evoca a piña, miel de abeja, flor de azahar y mora azul.

Carlos Cadena, de 35 años, es un productor de quinta generación que ha pasado prácticamente toda su vida andando entre las matas. Siempre innovando, siempre buscándole algo al café, ya sea en su proceso, tueste o brew, que lo haga sobresalir… busca esos detalles que lo hagan diferente. Hoy, la mañana de Carlos comienza temprano en su finca con un café, normalmente natural, preparado con Dripper de fondo plano en porcelana, o con un espresso. Sabe que aún hay mucho camino que recorrer, que hay que seguir procesando y trabajando con variedades nuevas con sabores diferentes, pues para él, mantener la calidad en sus cafés es su objetivo diario.

Finca Pocitos mide 22 hectareas, casi siempre hay entre seis y diez personas trabajando en ella. La cereza se corta en diciembre y uno de los principales problemas que enfrentan es la roya. Sin embargo, todas las personas involucradas en este proyecto tienen el compromiso de seguir trabajando arduamente y estar en constante capacitación a través de cursos y del tueste y la cata de todos los lotes experimentales que se llevan a cabo de cada variedad hasta alcanzar los perfiles que más les gustan y que quieren presentar con el nombre de la finca. Es así como llegaron a sus procesos actuales. Cada variedad tiene su propia receta y nos brinda sabores, texturas y fermentaciones distintas. Es por esto por lo que la recomendación que Carlos Cadena le ofrece a las nuevas generaciones es aprender a catar y catar todo: “sin duda apostarle a la calidad hace la diferencia”. Es este el reto que también asume Carlos y el camino por el que, espera, también un día su hijo y los futuros productores se muevan.