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El año pasado nos invitaron a participar en el Pasaporte del Café (QRO). En aquel entonces no participamos.
A la fecha, hemos decidido sumarnos a la dinámica. Aprendimos que contradecirse no es un error, sino señal de evolución, cambiar de idea es abrirse a futuros posibles.
Y no deja de ser irónico: un pasaporte, en teoría, representa libertad de movimiento, pero en la práctica marca límites y fronteras. Justo ahí habita su contradicción, y quizá también su encanto.
Impresión a cargo de Historias de Malta